martes, 20 de julio de 2010

CADA VEZ SON MÁS LOS FRAUDES CON PLANES DE AHORRO

Son bandas delictivas que utilizan concursos como fachada para estafar a la gente. Venden programas para acceder a autos “0 km” violando la ley. Al menos treinta personas de distintas localidades de Buenos Aires fueron estafadas. En un caso investigado en Merlo, la estafadora es buscada por la policía y tiene pedido de captura nacional.

En la Argentina existen muchos tipos de estafas –falsificación de documentos de identidad, cheques adulterados y engaños a personas mayores para la obtención de jubilaciones falsas y prestamos personales-. En su mayoría, estas están realizadas a personas de escasos recursos económicos que pertenecen a las clases media y baja de las zonas más marginadas del país.

Según fuentes policiales, una de las defraudaciones que más ha crecido en los últimos años es la estafa referida a los planes de ahorro para la adquisición de autos “0 km”. En si, captan a individuos para estos programas a través de llamadas telefónicas en las que les deciden que se han ganado un automóvil, o por concursos con cupones que se llevan a cabo en la calle o supermercados.

La forma de engañar a la gente

La estafa a través de planes de ahorro se lleva a cabo mediante dos formas muy parecidas entre si. La primera se refiere a la repartición de cupones/raspaditas en la calle para participar por un automóvil y la segunda, realizando llamadas telefónicas que le adjudican haber ganado un premio sin siquiera haber participado de un sorteo. Estas dos formas de estafas diferentes en si llevan un mismo fin: estafar a la gente.

Estas personas que cometen el ilícito siempre operan sin establecerse en lugares fijos. Lo que les permite ir por diferentes zonas del país estafando a la gente y huir una vez ganado el dinero pretendido –esto también les permite escapar rápidamente si son investigados por algún organismo del Estado-.

Recorren lugares de bajos recursos y marginados jugando con las ilusiones de la gente. No eligen estos sitios al azar, los prefieren porque los individuos se encuentran abandonados por las instituciones y no cuentan con la información para saber cuando se encuentran ante una estafa; mucho menos para defenderse y denunciar ante la ley los delitos de los que son victimas.

Respecto a la primera modalidad, dichos individuos reparten cupones/raspaditas en la calle por intermedio de promotoras o instalan un stand en algún supermercado, anunciando en todo momento como premio del concurso un auto “0 km” -esto lo utilizan para obtener los datos personales-.

A los pocos meses quien lleno el cupón recibe una llamada telefónica de una persona que puede ser Natalia Criscueli (ver Los Estafadores…), anunciándole que había sido ganador del sorteo y que debían arreglar el día y la forma para la entrega del automóvil. Luego de esto, el individuo se encontraba con alguna de las personas antes mencionadas que le comunicaba que debían abonar una suma por patentamiento o con alguna otra excusa. Incluso, les ofrecen cuotas y facilidades de pago para abonar la suma requerida.

Al cabo de la paga de unas cuotas, quienes cometían el ilícito desaparecían sin dejar rastro. Los damnificados llamaban a la empresa o concesionaria –Wolkswagen, Renault, etc- donde le informaban que no habían sido adjudicatarios de ningún sorteo pero que en cambio se encontraban adheridos a un plan de ahorro. De esta forma, quedan sujetados a seguir pagando en pos de conseguir el automóvil ansiado pero también existe una gran mayoría que pierde el dinero al no poder seguir pagando.

Cabe aclarar que en la actualidad estos planes incluso tardan en pagarse hasta 84 meses, es decir 7 años. Además y como una especie de trampa para que sigan abonando la cuota, le avisan a la persona que salió adjudicada para obtener el auto pero debiendo pagar entre 15 % y 20 % -unos 15 mil pesos aproximadamente- del valor del coche sino pierden la asignación. Como dichos planes están destinados a individuos de pocos o escasos recursos económicos, no pueden juntar en meses esa cantidad de dinero y por ende, no consiguen mantener la atribución.

Referido a la segunda modalidad, se organizan grupos de 10 personas seleccionados por consultores que llaman por teléfono a gente al azar diciéndoles que se ganaron un “0 km”, sin nombrarles jamás el plan de ahorro –obviamente telefonean a las zonas de medios y bajos recursos económicos-.

Luego de esto sucede algo similar a la entrega de cupones/raspaditas en la calle. El supuesto ganador se encuentra con quienes cometen el ilícito en la concesionaria, le muestran el coche diciéndole que lo pruebe, jugando con la ilusión de la gente. Le piden algún dinero para pagar gastos administrativos y de patentamiento, incluso aclarándoles que pueden pagarlo en cuotas, y ya se encuentran encerrados en la trampa y dentro de un plan de ahorro que puede durar hasta 84 meses.

En este tipo de ilícito, no solo lo llevan a cabo personas sino que también se ven involucradas concesionarias mismas que utilizan estos métodos para atraer/apresar clientes; en especial utilizando la modalidad de los llamados telefónicos.

Eso claramente viola la ley número 22802 de Lealtad Comercial que impide este tipo de prácticas. En el inciso 1º queda claramente explicado que “queda prohibido el ofrecimiento o entrega de premios en razón directa o indirecta de la compra de mercaderías o contratación de servicios, cuando éstos estén sujetos a la intervención del azar”. A lo que luego agrega que también se encuentra prohibido los concursos o sorteos en los que la participación este condicionada a la adquisición de un producto o la contratación de un servicio.

Esta ley protege a los consumidores y les otorga el derecho de tener una información exhaustiva sobre los concursos y las obligaciones que tienen quienes los organizan como por ejemplo: nomina completa de premios a adjudicar, gastos que pudieren resultar para el beneficiario de la adjudicación de los premios, fecha de inicio y finalización de la promoción, mecanismo detallado de adjudicación de los premios, entre otros.

Los estafadores del Oeste

En los casos investigados se descubrió que dos individuos pero en especial Natalia Criscueli, que actualmente cuenta con pedido de captura nacional, y la empresa Harbin de la localidad de Flores estaban estafando a personas con planes de ahorro, violando la ley 22802 de Lealtad Comercial. La metodología es la misma que utilizan muchos estafadores: a través de concursos callejeros mediante cupones/raspaditas.

“Natalia se encargaba de hacerle firmar un supuesto contrato que obligaba al afectado a pagar cuotas de un seguro, pero que en realidad era la firma para entrar en un plan de ahorro interminable”, comentó Sandra Alfonso, empleada de la empresa antes mencionada.

Una de las damnificadas fue Sandra Verónica Mariño de la localidad de Merlo. Ella completó el cupón que le fue otorgado en la calle con sus datos y lo depositó en una urna. “Quizás tengas suerte”, le dijo una de las promotoras. Como gran cantidad de gente, soñaba con tener su primer auto.

“A los meses recibí un llamado telefónico donde me anunciaban que había ganado el automóvil y que debía acercarse a la concesionaria para arreglar todos los trámites”, dijo Mariño. Fue a la concesionaria Harbin, ubicada en Avenida Rivadavia 7460, y hasta incluso pudo subirse al auto para probarlo –utilizan la ilusión de la gente para que una vez que se den cuenta que están dentro de un plan de ahorro, sigan pagando-.

En ese lugar le dijeron que tenía que pagar una cantidad de dinero, le dieron la posibilidad de hacerlo en cuotas, para cubrir gastos administrativos y de patentamiento. “Tenia que pagar cuotas del seguro”, aseguró que le dijeron a la damnificada en la concesionaria. Al hacer averiguaciones después de algunas cuotas descubrió que en realidad se encontraba inscripta en un plan de ahorro por el que debía pagar $309 por mes y no se había ganado ningún automóvil. Actualmente sigue pagando porque a pesar de todo, quiere tener un auto –va por la cuota 10 de un total de 82-.

Como sucede con la mayoría de las personas, a la cuota numero 3 iba a tener el auto pero tenia que pagar al contado el 15 % del valor total del Gol Power y tenia dos meses para juntarlo, es decir 12 mil pesos. Al ser una persona que gana menos de $1500 por mes, “se me hizo imposible juntar esa cantidad requerida y perdí momentáneamente la adjudicación”, dijo Mariño. Obviamente, esto lo llevan a cabo las concesionarias sin importarles jugar con la ilusión de la gente para que sigan pagando el plan de ahorro.

En enero del año 2003 fue detenida Natalia Criscueli en un operativo llevado a cabo por la Policía Bonaerense en el oeste del Gran Buenos Aires. Allí, esta persona realizaba estafas con planes de ahorro de la firma Volkswagen. Para ello, contaba con 160 formularios en blanco, uniformes y varios sellos oficiales de la empresa antes mencionada. Actualmente, Natalia se encuentra prófuga y con pedido de captura nacional.

De hecho, en el año 2008 se llevó a cabo un juicio en el que Lía Antonia demandaba a la empresa López en la que también trabajó Natalia Criscueli. Ella participó de un concurso en un stand que se encontraba en un supermercado, donde debía completar un cupón para ganar un “0 km”.

Recibió una llamada de Natalia diciéndole que gano el concurso y que pasara por el concesionario. Allí le dieron la opción de cambiar el auto por una camioneta y ella acepto porque lo necesitaba para trabajar. Le notificaron, además, que debía pagar un seguro por 12 meses.

Luego de pagar algunas cuotas dejó de recibir el cupón para abonarlas y llamó a la agencia para consultar, donde le comunicaron que no había resultado adjudicataria de ningún sorteo pero que se encontraba adherida a un plan de ahorro. La empresa López perdió el juicio y debió pagarle 5 mil pesos a Lía. Nadie fue preso por el hecho.

Según Sandra Alfonso, empleada de empresa Harbin -ubicada en Avenida Rivadavia 7460 de la localidad de Flores-, “las estafas de dicha concesionaria siguen continuando y como la gente se da cuenta tarde optan por no perder el dinero y siguen pagando sin hacer la denuncia”.